Hay momentos en los cuales me siento muy optimista con el tema del Erasmus, y otros en los que no sé cómo me las arreglaré. No conozco a mucha gente, no tengo amigos aquí, alguien con quien poder contar. Hasta ayer por la noche no tuve internet y no pude mirarme el correo con detenimiento, pero cuando lo hice, vi que me habían arregado a una lista de correo del complejo de pisos en el que estoy. Todo muy bien, pero he escrito un mensaje saludando y nadie ha contestado. He escrito otro diciendo que necesitaba ir al supermercado de la uni para comprar un par de cosas para cocinar y no he recibido respuesta. Son este tipo de cosas las que me hacen sentir que será muy difícil la adaptación a la vida aquí en saarbrücken, cosas que estoy seguro se solucionarán pero que, hasta que no se solucionen, no estaré tranquilo. Escribo esto ahora porque, dentro de unos meses, miraré estas entradas y diré: «Vaya cambio que he pegado», lo que pasa es que ahora mismo no lo veo así. Las clases aún no han empezado y no han llegado todos los vecinos, pero me encantaría conocer a alguien. No solo para entablar una amistad, si no para poder pedir ayuda cuando lo necesite. Vale que haya una administración en la uni que se dedique a ayudar a los discapacitados, pero no es como en Barcelona; Aquí las cosas no son tan fáciles, más que nada porque en Alemania, si quieres conseguir un entrenamiento en mobilidad, lo que en españa es un TR o Técnico en Rehabilitación para los ciegos que te enseñan los caminos, etc aquí tienes que pagar 400 euros, que no es nada barato.
Tengo que ir al mercado, tengo que ir al Sprachenzentrum, tengo que ir a la oficina de internacional a hacer un par de gestiones, y ya veremos cómo me las arreglaré. Ayer me vi yendo al Sprachenzentrum, tuve que pedir ayuda por supuesto. Al menos ya tengo la cuenta abierta, pero falta hacer otra gestión. Y para hacer esta gestión, tengo que ir hacia allí.
Ahora en un ratito me iré a comer, a ver qué tal me las arreglo.